Según Karl Marx (sociólogo alemán), el origen de la desigualdad estaba en la relación desigual de fuerzas en la que los propietarios de los medios de producción (la burguesía) explotaban el trabajo de las clases sociales más débiles, su fuerza de trabajo. Estos trabajadores necesitaban su mano de obra para garantizar su supervivencia. Hoy en día no es muy diferente, ya que muchos ricos propietarios de empresas siguen utilizando la mano de obra de los menos privilegiados para enriquecerse.

Es lógico que hoy, en nuestra sociedad moderna, los trabajadores ya no sean tratados como en el siglo pasado, tengan sus derechos laborales y ya no sean explotados por sus empleadores, aunque hemos visto muchos casos de explotación laboral en todo el mundo que merecen una mirada más justa.

Toda empresa tiene que ofrecer a sus empleados unas condiciones de trabajo dignas. El empleado  vende su mano de obra, lo que mejor sabe hacer, y la empresa necesita esa mano de obra para prosperar, si todos cumplen con sus obligaciones  todos ganan.

En todo el mundo, vemos que la desigualdad económica aumenta cada día. Aquellos que deberían luchar por los derechos de su pueblo a menudo sólo ven poder. Hay una mala distribución de los ingresos, una falta de inversión en áreas sociales, en educación y en sanidad.

Cuando las personas no reciben aquello a lo que tienen derecho (educación, sanidad y trabajo digno), se convierten en rehenes de aquellos que tienen recursos valiosos, y surge la desigualdad. Muchos estudios demuestran que hay regiones en todo el mundo donde la diferencia entre los ingresos es muy grande, y estas regiones son ciertamente desiguales. Unos pocos tienen recursos y mucho poder, y muchos no tienen ni siquiera lo básico para sobrevivir.

Lo que ocurre desde hace muchos años en todos los rincones del mundo es la corrupción, donde quienes deberían velar por su pueblo practican este mal, apropiándose de los recursos públicos a su favor, vaciando las arcas y dejando de ofrecer servicios básicos a su población.

¿Está relacionada la desigualdad social con la justicia?

Partimos del principio de que todos los individuos de una sociedad tienen los mismos deberes y derechos por ley, como el derecho a la salud, a la educación, a la seguridad y al trabajo, y que el Estado debe proporcionárselos respetando su ley. La justicia sigue el camino de la ley, pero sabemos que sufre cambios constantes en todas las sociedades del mundo.

Este tema genera muchos conflictos, pero debemos replantearnos nuestras acciones y valores y establecer buenos diálogos entre todas las fuerzas, para que podamos empezar a entender mejor nuestra sociedad y hacer de ella un lugar mejor para vivir.