Nuestra fe nos lleva a lo inimaginable.

La Fe es la Creencia en Esa Fuerza Mayor, Dios, que habita en nosotros y sin la cual no podemos lograr nada.

Cuando buscamos a Dios, a través del amor, la oración y la ayuda al prójimo, estamos llevando a Dios a nuestro corazón.

Pero, ¿cómo encontrar esa fuerza, esa fe?

Cuando en Adoración y en Amor, buscas a Dios, te fortaleces enteramente y te sientes pleno y comprendes el verdadero significado de amar, pero Amar En Verdad y en Espíritu.

No voy a hablar aquí de religión, porque todas nos llevan a nuestro Creador, pero sí de la conexión entre razón y fe, y no sé si hay otra forma de explicarlo más claramente. San Agustín, por ejemplo, defendía que la fe y la razón se complementan, porque es teniendo fe como llegamos a la razón y con la razón llegamos a la fe, mostrándonos la madurez necesaria para entender mejor este asunto.

Nuestra fe nos prepara para una reflexión sobre cómo conocernos mejor a nosotros mismos y cómo vamos a trabajar nuestras creencias, y en cierto modo racionalizamos los medios para seguir nuestra fe.

Alguna vez te has detenido en algún momento de tu vida y, en silencio, has dejado que tus pensamientos se desvanecieran de tu mente y has comenzado a encontrarte contigo mismo, sintiendo una fuerza Mayor y Poderosa, capaz de llevarte a lugares inimaginables, que te ha demostrado que tu vida vale mucho y que te has sentido afectado de una forma tan Grandiosa que cuando has vuelto de este viaje interior, has comprendido que necesitas hacer valer tu tiempo aquí, ahora mismo, y no seguir posponiéndolo?

Así que esta es una pregunta para pensar, porque todo se vuelve diferente, cuando esta experiencia nos sucede, podemos entender nuestra fe y creer que todo es posible. Si confiamos en nosotros mismos, estamos dispuestos a ser completos y mejores, seguramente nuestro tiempo aquí en la Tierra tendrá un mayor y mejor significado.

Siente y eleva tus pensamientos a Dios.

Haz de tu fe tu forma de vida.