El amor es emoción, afecto, un estado de ánimo elevado, alegría, satisfacción...

¿Se ama a sí mismo? ¿Has amado alguna vez a alguien? ¿Estás amando a alguien?

Pero, ¿cómo saber si lo que sientes es amor?

Esta sensación es muy subjetiva, creo que cuando nos sentimos ligeros, bien, sanos, felices y otros adjetivos, podemos empezar a estudiar estas sensaciones que sólo nos hacen bien.

El sentimiento de amor lleva consigo la necesidad de sentirse bien y de hacer que la otra persona también se sienta bien, plenamente feliz, sin miedo a experimentar esta emoción.

Pero antes de amar a los demás, puede parecer egoísta, pero no lo es. Tenemos que amarnos a nosotros mismos, ése es el punto de partida para entender el amor.

Si no te sientes plenamente tú mismo, ¿cómo puedes entregarte a los demás?

Amar es respetarse a uno mismo y a los demás.

Saber escuchar y callar.

Sí, amar es dar de uno mismo, pero sin exigir nada a cambio.

Tenemos referencias de amor en nuestras vidas, como el que recibimos de nuestros padres, abuelos, amigos y demás, y los sentimientos que alberga este amor, porque es puro, sano, y si no transmite ligereza, pureza y satisfacción, desde luego no es amor.

El amor no duele, no frustra y, desde luego, no decepciona.

Cuando sientes entusiasmo, quieres estar cerca de alguien y no quieres abandonar ese momento y ese lugar, ¡sin duda es amor!

Amar es reconectar, es fuerza.

No siempre somos correspondidos, lo cual es una pena, pero el mero hecho de sentir amor es encantador, porque es natural, puro y nos hace mucho bien.

No importa el tiempo ni el espacio, simplemente ama mucho, sin intercambios, simplemente vive ese amor.

Date cuenta de la gran sensación que es, no la desperdicies, vívela.

Ama sin orgullo, sin miedo.

Ama a tu manera.

Amar reconforta, así que quiérete mucho y siéntete pleno y feliz de amar a los demás.

El amor es el centro de nuestra vida.