La población mundial crece cada año y se hace cada vez más urbana. Cada día millones y millones de personas se desplazan por el mundo de un punto a otro dentro de las ciudades.

El transporte  es diverso: por carretera, por ferrocarril y también por agua. En nuestra historia, las grandes ciudades surgieron cuando nuestros antepasados modificaron la naturaleza para crear nuevas posibilidades de desplazamiento de las personas, así como el transporte que llevaba a las personas de un lugar a otro y también el transporte de mercancías que abastecía a toda la ciudad. 

Pero, como he dicho antes, la población mundial aumentó mucho y, en consecuencia, hubo que crear nuevas carreteras y ferrocarriles, lo que cambió profundamente la dinámica de las ciudades de todo el mundo. Se crearon grandes empresas de transporte para que los ciudadanos pudieran desplazarse con mayor rapidez y facilidad.

Por un lado, la creación y el crecimiento del transporte han sido sumamente importantes para el progreso de las ciudades, pero por otro se han convertido en un grave problema porque han repercutido negativamente en la sostenibilidad;

Podemos pensarlo así: cuanto mayor sea el número de personas que se desplacen de un lado a otro de la ciudad, mayor será el tráfico, lo que provocará atascos, contaminación atmosférica, etc. También hay que tener en cuenta que muchas ciudades se construyeron cuando ni siquiera existían los coches, ciudades muy antiguas que hoy sufren diversos problemas en su movilidad urbana.

¿Cómo implantar una movilidad urbana sostenible? ¿Ha oído hablar alguna vez de las aplicaciones para compartir coche? Son actitudes y servicios como éstos los que contribuyen a reducir el número de vehículos en las vías urbanas y, además, tienen la ventaja de reducir las emisiones de CO2, disminuir el estrés y aumentar la calidad de vida.

Los carriles bici también se han convertido en una gran opción para colaborar con la movilidad urbana sostenible, porque no sólo no provocan atascos ni contaminación, sino que ayudan a los usuarios a salir de su sedentarismo y disfrutar más del aire libre. La movilidad urbana sostenible ya se está aplicando en muchas ciudades. Muchas empresas están desarrollando y produciendo vehículos alternativos que no emiten contaminantes, para que nuestro planeta sufra menos.

Hemos idealizado un gran avance en términos de calidad de vida y salud de la población, pero tenemos que poner de nuestra parte.