El matrimonio es la relación entre dos personas que comparten sentimientos, deseos, vidas y experiencias. Cuando elegimos casarnos, debemos entender que hay otra persona involucrada en esta relación, que también es una parte importante para que el matrimonio sea sano y feliz. Como cualquier relación, el matrimonio también se enfrenta a dificultades, pero cuando se establece un vínculo de respeto y afecto, se tienen muchas posibilidades de superar todas las dificultades y obstáculos que surjan.

Elegir casarse significa asumir un compromiso de amor, dedicación y lealtad, en definitiva, una comunión de vida. En este artículo no voy a hablar del aspecto legal, como el matrimonio civil, ni tampoco del religioso, porque cada persona tiene una religión o creencia, y ése no es el enfoque. Voy a hablar del matrimonio como experiencia.

Pero, ¿cuál es la esencia del matrimonio?

Aunque muchas personas piensan que el matrimonio es como un juego, en el que puede funcionar o no, veo que olvidan la verdadera importancia del matrimonio, en el que las personas implicadas deben experimentar el amor, la complicidad, el respeto mutuo, la unidad... Al fin y al cabo, es la vida en común que compartirá la pareja.Invertir en un matrimonio es alimentarlo día a día con amor, gratitud, sabiduría, diálogo y alianza: éste es el verdadero significado de un matrimonio exitoso. Aprendan a vivir en comunión en su matrimonio, comprendan su propósito y seguramente serán felices.

Construir una relación afectiva sana implica no sólo amor, sino también mucha empatía, paciencia y comprensión, porque es saludable equilibrar tus deseos y anhelos con los de tu pareja, y nunca olvidar la individualidad que cada uno tiene. Aprende a explorar positivamente el lenguaje del matrimonio, como por ejemplo: el contacto físico, las palabras de amor y respeto, las actitudes positivas, tu tiempo para el otro y viceversa, los recuerdos significativos, la complicidad, en fin, hay muchas lenguas que se consideran importantes para un matrimonio sano y feliz.