Normalmente, las personas que deciden cerrarse a una relación sentimental probablemente han sufrido algún impacto negativo en relaciones anteriores que les ha hecho renunciar durante cierto tiempo o no entablar nuevas relaciones, por miedo a volver a experimentar mentiras y decepciones;

Ya no creen que puedan ser felices en las relaciones amorosas, así que como defensa se bloquean para no sufrir más. También hay casos en los que la persona tiene un amor no correspondido y no puede dejar ir ese sentimiento. Entender que las relaciones son una necesidad orgánica, es importante creer en uno mismo y saber que las decepciones, los miedos son sentimientos normales en la vida de cualquier persona, pero que no deben apoderarse de nuestras vidas.

Si en algún momento de tu vida sientes la necesidad de tranquilidad, quizás aislarte un poco de la gente para conectar contigo mismo sea importante, pero saca tiempo para ello y no te cierres a nuevas experiencias amorosas. Quizás tengas una baja autoestima que te impide ver y valorar quién eres, tus valores, tus capacidades, en definitiva, quererte a ti mismo.

Si te quieres, estarás dispuesto a abrir tu corazón y dejar entrar a quien creas que puede formar parte de tu vida, porque encerrarte en ti mismo no te ayudará en nada. Cree que tienes muchas cosas buenas que ofrecer y aportar a la vida de alguien, y que alguien también quiere entrar en tu historia y caminar contigo, sólo necesitas ser libre para vivir ese momento.

Así que deja tus frustraciones atrás, establece la confianza en ti mismo y escribe una nueva historia de tu vida. Naturalmente, seguramente atraerás un nuevo amor que te seguirá para disfrutar de lo mejor que la vida tiene para ofrecer, y si por alguna razón no terminó de la manera que querías, no te desanimes, porque fue importante en la construcción de tu vida.

Todas las historias que hemos vivido, ya sea en el amor, la familia, la amistad o las relaciones profesionales, son muy importantes para construir nuestra vida en este universo. Vive lo mejor de ti mismo y explora lo mejor de los demás, sin culpa ni juicio.

Siempre vale la pena amar.