Los casos de violencia escolar han ido en aumento en todo el mundo y tenemos que echar un vistazo más de cerca a lo que hemos visto que sucede dentro de muchas instituciones escolares. Pero, ¿cómo podemos identificar los casos de violencia escolar? Observar el comportamiento del estudiante es de suma importancia para identificar el problema, como un cambio en el temperamento, el estado de ánimo, la falta de interés en las actividades. La violencia escolar nos muestra un escenario de cambio de comportamiento, desde lo emocional a lo social.

Sabemos que la escuela y la familia de cada alumno tienen la gran responsabilidad de cuidar y educar a los niños y jóvenes y cuando hay una interacción positiva entre los dos, el resultado seguramente será satisfactorio. ¿Cuáles son las causas más comunes de la violencia escolar? Los casos de intolerancia son ciertamente una de las principales causas de la violencia escolar, favoreciendo los discursos de odio y los actos de odio. Saber convivir con las diferencias es fundamental para que los individuos se conviertan en personas respetuosas y con carácter. Debemos darnos cuenta de que la violencia en las escuelas puede ocurrir tanto física como verbalmente, siendo ambas perjudiciales para el correcto desarrollo de cada ciudadano.

¿Cuáles son los tipos de violencia escolar?

La violencia escolar se presenta de diversas formas y puede afectar a todos los miembros del cuerpo escolar, como alumnos, profesores, personal y otros, y nos hace cuestionar la dirección en la que se dirige la educación. Muchos educadores se retiran de su profesión debido a problemas de salud mental, como el estrés causado por la violencia que ahora es muy común en las escuelas de todo el mundo. Muchos alumnos que han vivido situaciones en las que han sido agredidos tanto verbal como físicamente acaban abandonando la escuela por miedo y también porque su psicología se ha visto afectada.

Pero, ¿cómo afrontar y combatir este problema?

Ante todo, la escuela debe trabajar con la sociedad y la familia y entender que todos deben ver la escuela como una extensión del hogar de cada alumno y que debe ser reconocida como un lugar seguro y acogedor. No se debe esperar a que se produzcan casos de agresión para iniciar un diálogo sobre el tema con los alumnos, los profesores, el personal y la familia. Las familias deben estar implicadas en la escuela, es importante que participen en las actividades en los momentos en que el profesorado lo considere necesario, para que sepan cómo va el desarrollo académico y social del alumno y de esta forma se sentirán protegidos y motivados. Establecer normas de buena convivencia es otra forma de tratar la violencia en la escuela, donde el diálogo y el respeto a los demás son actitudes positivas para acabar con tantos casos de violencia.

Sabemos que la violencia en las escuelas no es un fenómeno reciente, pero si actuamos hoy, podemos estar seguros de que el número de casos disminuirá significativamente. La sociedad necesita seres humanos conscientes que sepan respetar las diferencias.