Históricamente, la evolución de la humanidad siempre ha implicado guerras, que en cierto modo forman parte de la condición humana. Pero, ¿cuál es la base de la guerra? ¿Qué impacto tiene? En todo el mundo hay regiones que viven grandes conflictos, como por la independencia de sus pueblos, por territorios y también por motivos religiosos.

Los conflictos entre los pueblos generan mucho sufrimiento, porque los intereses políticos, religiosos o económicos no siempre son compartidos por un pueblo, la humanidad siempre sufrirá por estos conflictos. Las guerras tienen una gran responsabilidad en la muerte de tantas personas, estén o no involucradas en la guerra. Y otro factor muy importante es el cambio significativo que se produce en la vida de los que han sobrevivido al conflicto. La gente ha tenido que huir de sus países para poder sobrevivir, adoptando otro país como su nuevo hogar, a estas personas se les llama inmigrantes, pero lo que realmente quieren es seguir viviendo en su país, por lo que sus vidas también han cambiado.

Rara vez hay un límite para una guerra, y ante estos conflictos ocurren muchos horrores en toda la humanidad. En un conflicto bélico todos piensan que tienen razón y este impasse sólo genera sufrimiento para los pueblos, alguien dijo una vez "la primera víctima en un conflicto es la verdad", y ciertamente siempre llevará a la destrucción. El poder es la llave que abre las puertas de la destrucción, porque incluso los que ganan una guerra pierden mucho. No hay razón para explicar los muchos muertos que se contarán al final de una guerra.

Las familias sufren por la pérdida de sus seres queridos y también por la destrucción de sus hogares, todo ello debido a las actitudes de quienes toman la iniciativa en los conflictos. Nuestro medio ambiente también se ve muy afectado, porque un resultado drástico de las guerras del que se habla poco es la propagación de materiales tóxicos o radiactivos que se liberan en el agua y en la tierra, contaminando drásticamente el suelo porque son extremadamente nocivos.

Mientras haya beligerancia, no habrá paz.