El amor propio es un sentimiento de respeto, admiración y aprecio que nos daña. Cuando creemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad de ser felices sin necesidad de los demás, ya es una gran señal de que nos amamos por completo y conocemos nuestro potencial y valor. No se trata de egoísmo, porque nunca podremos amar a los demás por completo si no nos amamos primero a nosotros mismos.

¿Por qué es tan importante amarse en cualquier tipo de relación?

Un ejemplo muy común es cuando una persona se encuentra en una relación en la que está muy enamorada y sólo ve a la otra persona, se dedica exclusivamente a su pareja, mostrándole toda su admiración y cariño y a veces acaba olvidándose de sí misma. Sabemos que para que toda relación sea sana y feliz es importante ceder a veces, pero no podemos anularnos como persona.

No necesitamos demostrar nada a nadie, y mucho menos sabotear nuestras convicciones para complacer a otra persona. Muestra tus sentimientos con tu verdad y nunca te sometas a lo que no te gusta, porque no te hará feliz.

He aquí algunas actitudes ante el desarrollo personal:

• No aceptes situaciones que te desgastan y te hacen daño;
• No te juzgues por lo que cometiste en situaciones anteriores, entiende que hoy has evolucionado y tu vida ha seguido adelante;
• Reconoce siempre tus cualidades y aprecia cada una de tus características;
• Analiza tus amistades y relaciones y averigua si te hacen sentir bien y feliz. Si no es así, busca formas de mejorarlas, pero si eso no es posible, lo mejor es alejarse;
• No te exijas tanto, porque equivocarse también es importante para tu evolución como persona, porque cuando nos equivocamos aprendemos a seguir otro camino o a hacer las cosas de otra manera.
• Tómate tiempo para cuidarte, permítete quererte mucho, es fundamental tener la autoestima alta, porque cuando nos centramos en nosotros mismos y en lo que nos hace bien, comprendemos y valoramos quiénes somos  fieles a nosotros mismos.

En muchas situaciones, la autoestima se confunde con la arrogancia, pero esta analogía es muy errónea. De hecho, cuando nos valoramos, entendemos que somos tan importantes y capaces como cualquier otra persona. Tu historia es hermosa y merece ser vivida.

Quiérete mucho y siempre.