La búsqueda excesiva de la limpieza puede traer muchos problemas a tu salud mental e incluso física. Suena contradictorio, pero cuando cruzas la línea, lo que se suponía que era favorable se convierte en perjudicial.

En cuanto a los daños físicos, actualmente existen en el mercado una serie de productos químicos destinados a eliminar cualquier tipo de suciedad o microorganismo, que prometen exterminar las bacterias y, por tanto, prometen una vida mejor. Hay que entender que se trata de productos químicos, por lo que hay que tener todo el cuidado al manipularlos para que no nos contaminen y afecten a nuestro sistema inmunológico. 

Lo mejor es utilizar los productos químicos de limpieza de forma equilibrada, precisa y atenta, leyendo siempre las instrucciones de los productos para no sufrir daños físicos o alérgicos.

En cuanto a los daños mentales, la compulsión por la limpieza puede afectar realmente a la salud mental de una persona cuando se convierte en una obsesión por mantener todo limpio y preocuparse todo el tiempo por la suciedad, los gérmenes y también por la necesidad constante de comprobar que todo está limpio y en su sitio, dejando así de socializar con otras personas para limpiar la casa, el coche, etc. Los síntomas suelen empezar lentamente y aumentar de forma gradual.

Todavía se está estudiando la causa exacta de la manía por la limpieza y la organización, pero hay algunos factores que pueden dar lugar a este tipo de trastorno:

• Estrés
• Experiencias traumáticas previas
• Depresión
• Antecedentes familiares de TOC
• Trastorno de ansiedad

¿Existe tratamiento? ¿Y cómo se hace?

El tratamiento de este tipo de trastorno, que consiste en una manía exagerada por la limpieza, se lleva a cabo mediante sesiones de psicoterapia en las que se utiliza la técnica cognitivo-conductual.

Siempre es importante darse cuenta de uno mismo, mirarse más de cerca y ver cómo se lleva la vida a diario. Si notas que algo es exagerado, como un pensamiento o una acción, es importante identificarlo y buscar ayuda.