Las guerras han existido desde que el mundo es mundo. A lo largo de nuestra historia siempre ha habido conflictos armados por diferentes motivos, como desacuerdos religiosos, disputas territoriales, intereses políticos y otros. Hay quienes creen que para garantizar la supervivencia de un pueblo, las cuestiones sociales, culturales y económicas llevan a un gran conflicto que puede durar años y años.

Un sentimiento de odio, poder, destrucción y control, no les importa el daño que causan a toda una nación.Según Sigmund Freud (creador de la Teoría de la Psique Humana), el crecimiento de los grupos en la sociedad se ha producido manteniendo el desequilibrio de fuerzas, como entre padres e hijos, hombres y mujeres, amos y esclavos.

Los poderosos se sitúan por encima de la ley, mientras que el pueblo busca la igualdad y la justicia. Las guerras no se ganan para honrar a un pueblo, a una nación, sino para favorecer aún más a los poderosos en su dominación de su pueblo. Ganen o pierdan, hay pérdidas humanas y materiales, así como graves problemas de salud física y mental.

Pero, ¿cómo se detiene una guerra?

La salida siempre es el diálogo. El Derecho Internacional Humanitario estipula lo que se puede y lo que no se puede hacer durante un conflicto armado. Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales son la esencia de este conjunto de normas, establecen límites, ofrecen protección a los civiles, pero es humanamente imposible que los civiles no se vean afectados.

Consecuencias de una guerra

Un pueblo destruido, hambriento y enfermo, muchos de los cuales abandonan su país y emigran a otros países en busca de asilo, a menudo dejando atrás una familia entera, una historia. Los que permanecen en su país después de una guerra se encuentran con ruinas, ciudades enteras destruidas y necesitados de ayuda para reconstruir todo lo que tardaron años en hacer.

¿Se acabarán alguna vez las guerras?

Eso sería lo ideal, pero mientras la gente que se cree poderosa, por encima del bien y del mal, no se dé cuenta de que permanecer abiertos al diálogo no será la solución, seguiremos viendo muchos conflictos armados y mucha destrucción innecesaria.