Ser despreciado nos hace sentir tristes y también puede provocar que nos sintamos inferiores, pero esta no es la regla, ya que hay personas que ante el desprecio no se alteran y siguen con su vida con normalidad. Para aquellos que se sienten despreciados por alguien, ya sea su pareja, un amigo o un familiar, el sentimiento de tristeza les hace buscar respuestas que en muchos casos puede que ni siquiera existan.Hay casos de personas que se sienten tan superiores a los demás que no quieren ningún tipo de contacto con personas que creen inferiores a ellos, lo cual es muy tonto, porque nadie es superior a nadie, sólo somos personas en situaciones vitales diferentes.

¿Qué dolor sentimos por el desprecio?

Para quienes se estremecen cuando son despreciados por los demás, el dolor de la indiferencia duele mucho, porque les hace sentirse disminuidos y faltos de energía, y a menudo puede desmotivarles, sobre todo si esta indiferencia procede de alguien a quien queremos y que es muy importante en nuestras vidas.

¿Cómo curar este dolor?

En primer lugar, es importante buscar la causa de este desprecio, como evaluar si has hecho algo para herir sus sentimientos hasta el punto de que ya no quiera tener ningún tipo de contacto contigo. Si no es posible mantener un diálogo abierto con esta persona, busca a alguien cercano a ella y a ti que pueda establecer este contacto y ayudarte a aclarar los hechos.

Ahora, si la persona realmente no te quiere, está convencida de que ya no te quiere en su vida, tienes que ser maduro y  alejarte es necesario, no sigas insistiendo en una relación que está lastimada, dale tiempo, tal vez en otra ocasión puedas aclarar las cosas y si no es posible, la vida seguirá.Ahora, si no le has hecho nada a la persona y te desprecia mucho, no te sientas inferior a ella, no conviertas su actitud en un conflicto para ti, porque sólo te hará sufrir. A veces este desprecio sin causa te hará más fuerte como persona.

El hecho de que la relación haya terminado no te hace menos, tu vida sigue y tú más que nadie necesitas valorarte, porque tu fuerza no viene de la otra persona sino de ti. Las heridas se curan naturalmente, así que sigue siendo siempre tú y sabe que el amor, la admiración, el cariño, la amistad y la atención deben ser gratuitos para que sean sólidos y verdaderos.

No te humilles y nunca renuncies a ser feliz.