Para muchos padres, la adolescencia de sus hijos es o ha sido la etapa más difícil de afrontar, porque es una época de cambios, en la que hay muchas fluctuaciones e inestabilidades difíciles de entender y consentir. Pero la familia debe darse cuenta de que en algún momento de su vida ya han pasado por esta fase, en la que muchos estaban tranquilos y otros no, así que lo mejor es saber utilizar la comunicación de forma positiva para todos.

He aquí algunas actitudes que pueden ayudarte a mejorar la relación con tu hijo adolescente:

• Muéstrate siempre abierto al diálogo, sé el confidente de tu hijo, porque si ve en ti a una persona que le comprende y le escucha, seguro que la relación padre-hijo será súper sana;
• No juzgues, los padres no siempre tienen que estar de acuerdo con sus hijos ni viceversa, pero sí respetarse mutuamente;
• Sepa valorar a su hijo, crea que es capaz y anímele siempre en sus proyectos: esto le hará más fuerte;
• Procura dar siempre buenos consejos, porque si tu hijo te admira, seguro que te hará caso;
• Da buen ejemplo, porque seguro que tu hijo reproducirá tu comportamiento;
• Sepa dar espacio a su hijo, no le diga continuamente lo que tiene que hacer, deje que aprenda por sí mismo, es a través de las experiencias como crecemos como personas;
• Intente escucharles y comprenderles antes de criticarles;
• Si le critica, que sea una crítica constructiva que le ayude a evolucionar y no le haga sentirse inferior;
• Intenta interesarte por las cosas que le gustan a tu hijo, porque seguro que tendréis más de qué hablar y pasaréis más tiempo juntos;
• Cree en tu hijo y, si es posible, dale autonomía para gestionar algunas tareas de la casa, demostrándole que puede asumir cierta responsabilidad;
• Procura estar siempre presente en los asuntos escolares, como ir a las reuniones del colegio, participar en las actividades si es necesario, ayudarle a aclarar algunas dudas, en definitiva, apoyarle siempre;
• Date cuenta de que tu hijo está creciendo, así que no lo trates más como a un niño.

Confía en el amor, la educación, el cariño y el respeto que siempre han guiado la relación entre padres e hijos, así podrás estar seguro de que la relación será sana y feliz, porque ha sido verdadera y con mucho amor.